a los que les gusta la sidra, a los que saltan, a los que cantan, a los que tocan, a los que miran los carteles, a los que beben ron, a los que vienen, a los que madrugan los sábados por ver un concierto, a los que hace veinte años que nos acompañan, a los que nos acompañaran mañana…a todos, gracias!!!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

El reloj de los comentarios funciona mal.

Anónimo dijo...

¿Y eso importa? A lo mejor depende desde donde escribas. ¿Vives en Madagascar?

Anónimo dijo...

Yo no hablo de mi vida privada.

por decir estupideces.. dijo...

Un fantasma ideológico recorre Europa. Hay quien cree que los políticos de derechas se han vuelto de izquierdas y que, gracias a eso, han podido destrozar a los socialistas en las elecciones al parlamento europeo. Les han birlado, por decirlo de forma coloquial, la cartera con políticas intervencionistas en lo económico que han dejado sin discurso a la izquierda.

Anónimo dijo...

Usted parece un tipo listo.¿Me puede decir qué funciona mejor, si una pinza de plástico o una de madera?

Gracias por anticipado.

por supuesto dijo...

Las pinzas para colgar la ropa, tal y como las conocemos hoy en día, son un invento relativamente reciente. Antiguamente se utilizaba un taquito de madera con una hendidura en el centro, que se colocaba verticalmente de modo que oprimiera la prenda. Como en aquella época se utilizaban telas rústicas, el sistema funcionaba. Sin embargo, cuando comenzaron a usarse prendas más delicadas, ese tipo de broches deterioraba los géneros.
Además de las pinzas habituales, en la actualidad existen infinidad de modelos de todas formas y tamaños. Grandes y pequeñas, de materiales como la goma, el aluminio y el cartón; e incluso de diseños estrafalarios y divertidos. Algunas de ellas ni siquiera sirven para colgar la ropa ni ninguna otra cosa, aunque se han revelado como elementos altamente decorativos. Pero personalmente prefiero las de madera